Una transportación masiva y sostenible
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Como se ha evidenciado durante la pasada semana, cada persona parece tener su propia alternativa de transporte colectivo. Pero si hay algo en lo que los expertos sí están de acuerdo es en que el sistema que se favorezca debe ser sostenible.
Norma Peña, profesora de la Escuela Graduada de Planificación de la Universidad de Puerto Rico, afirmó que, si bien los tapones arropan del mismo modo toda el área metropolitana y sus accesos, cada sector debe atenderse de acuerdo a sus particularidades, por lo que, si el tren liviano es bueno para uno puede ser que, para otro, lo sean las guaguas.
“Que los políticos finalmente hablen de opciones más viables en términos económicos es un triunfo”, indicó Peña, quien aseguró que tanto el tren como los autobuses son buenas alternativas para reducir el impacto ambiental porque “cualquier cosa que reduzca un poco el uso del carro ya es sostenible”.
Para Peña, los autobuses representan la mejor alternativa de transporte para unir Caguas, Carolina y Toa Baja a San Juan, siempre que se utilicen a través de un carril exclusivo.
Por eso, la doctora en análisis de política pública considera que el reciente anuncio del gobierno central de que abandonará los planes de extender el Tren Urbano hasta Caguas y Carolina significa una apuesta a la sustentabilidad.
El municipio de Caguas ya ha adelantado que, pese a la negativa del gobierno, continuará con sus planes de traer un tren que conecte esa ciudad con la estación de Cupey en San Juan.
José Izquierdo, asesor del proyecto de Caguas, indicó que, según los estudios del municipio, la alternativa más viable y sustentable es el propuesto tren magnético, similar al del monorriel que discurre por los parques de Disney en Estados Unidos y que alcanza unas 50 millas por hora.
Izquierdo explicó que, para establecer un sistema de Bus Rapid Transit -las guaguas en carril exclusivo- como el que quiere el Departamento de Transportación y Obras Públicas, haría falta duplicar la inversión, puesto que esas guaguas, como el Tren Urbano, requieren unos puentes elevados con unos costos de construcción altísimos.
“Desde (la zona de) El Señorial hasta la estación de Cupey tienes que hacer un elevado… y ese tramito nada más son $200 millones”, detalló.
Caguas estima la construcción de la infraestructura y la puesta en funcionamiento del tren magnético en $400 millones.
Izquierdo defendió la sostenibilidad del proyecto cagüeño al indicar que, no solo es más barato sino que, con los 10,000 usuarios diarios que anticipan, se amortizaría el costo diario de operación.
Tanto Peña como Carlos Padín, decano de la Escuela de Asuntos Ambientales de la Universidad Metropolitana, insistieron en que, sea cual sea el sistema que más convenga, lo importante es que se desarrollen alternativas para salir del dominio del carro, reduciendo el impacto ambiental y mejorando la movilidad.
“Mientras más gente tú muevas a la misma vez, menos va a ser el impacto ambiental que se tiene en su totalidad. Lo que no debe de ocurrir es no construir nada… Tenemos que crear esa consciencia en todos los ciudadanos de que tenemos que movernos en transportación masiva”, dijo Padín.
Es bueno que se consideren tecnologías modernas y eficientes y ser flexibles en la implementación de soluciones. También creo que este tema a mediano y largo plazo está muy ligado a la planificación territorial y al desarrollo de los cascos urbanos, áreas abandonadas, la vecindad del ya existente tren urbano, expandir elacceso en bicicleta, etc. Si tenemos las cosas cerca no hay que usar el carro.
Algo que no he visto mencionado es el carril exclusivo para automóviles con 2 o más personas que podría ser considerado en la actualización y construcción de carreteras.