Apremiante la defensa de los derechos
28 de marzo de 2013 – La violencia desproporcionada que experimenta el país y el caso reciente en que un jurado deliberó sobre la pena de muerte han reavivado el debate sobre los derechos humanos, en particular el derecho a la vida, y trasciende la propensión de una fuerza gubernamental a quitarle un derecho a un ciudadano.
A juicio de Roberto Mori, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Puerto Rico, en el reclamo de algunos grupos para, por ejemplo, aprobar la pena de muerte en la Isla, hay también una disposición a renunciar a un derecho humano, que es el derecho a la vida.
Con ese planteamiento coincidió Pedro Santiago, activista y director ejecutivo de la sección de Puerto Rico de Amnistía Internacional, organización mundial que defiende y promueve los derechos humanos. Santiago sostuvo que solicitar la pena de muerte es un peligro fundamental, pues no se trataría de renunciar al derecho a la vida de una persona solamente, sino de cualquier persona que, con justificación o no, pueda estar en una posición similar en el futuro.
En ese sentido –añadió–, en pos de la ley y el orden podrían ponerse en riesgo otros derechos. “¿Qué viene después: el derecho a la libertad de expresión, el derecho a un juicio justo, el derecho a un abogado?…”, cuestionó.
Son una protección
Los derechos humanos surgen históricamente como ideales universales ante tendencias sociales que han procurado determinadas aspiraciones a costa de libertades individuales. Fue la experiencia de persecución política, racial y socioeconómica la que obligó a la sociedad internacional a mediados del siglo pasado a establecer una serie de protecciones que cada humano, solo por ser humano, debe tener.
Algunos de estos derechos, cuya expresión más conocida es la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948, son: el derecho a la vida, el derecho a la libertad de opinión y de expresión, el derecho a circular libremente, el derecho a la presunción de inocencia, el derecho a la libertad de reunión y el derecho a la propiedad.
Para la socióloga Madeline Román, los derechos humanos suponen el respeto y la valoración de las diferencias en cada persona . “Los derechos humanos son los que posibilitan que una persona pueda vivir su diferencia sin miedo a represalias sociales o políticas”, sostuvo. Tanto en Puerto Rico como en otros países, sin embargo, muchos de estos derechos se violan constantemente.
Según Román, a pesar de vivir en un país jurídicamente regido por un Estado de derecho, esas protecciones no siempre son una realidad para quienes sufren, entre otras problemáticas, la criminalización de su comunidad o sector social, la marginación por su preferencia sexual, las políticas punitivas de adicción a drogas y las precarias condiciones del sistema carcelario. Es decir que, a nivel jurídico, político y social, predominan unas condiciones que de por sí obstruyen el pleno disfrute de la ciudadanía de sus derechos.
En manos de la ciudadanía
A base de un estudio hecho por Amnistía Internacional en 27 pueblos de Puerto Rico, en el 2011, menos de la mitad de la población era capaz de mencionar, al menos, un derecho humano. Quizás por eso, Mori sostiene que, si bien es importante que existan los derechos humanos, más importante es que “la gente los reconozca, crea en ellos y esté dispuesta a luchar por ellos”.
El profesor y autor de un manual sobre competencias ciudadanas para la Corporación de Apoyo a Programas Educativos y Comunitarios asegura que la defensa de los derechos humanos, entre otras condiciones, requiere de una ciudadanía informada.
“Una ciudadanía que participa, es activa y educada puede reclamar mejor el acceso a servicios y puede pedir mejor una rendición de cuentas al Estado y al sector empresarial”, es también la observación de Santiago quien, desde Amnistía Internacional, promueve una campaña titulada Exige dignidad.
El reconocimiento a las diferencias, el manejo de información y la participación ciudadana son algunas herramientas que permiten –añade Román– defender el derecho a tener derechos en nombre de la humanidad. Luego de múltiples manifestaciones civiles, fue esa defensa por el más básico de los derechos humanos la que, a duras penas, prevaleció el sábado pasado en una sala del Tribunal Federal.
Por: José B. Márquez
Publicado en: El Nuevo Día/Puerto Rico Participativo
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