Con el Foco en los Derechos Humanos

Por: Editorial

Puerto Rico tiene que dar el salto cualitativo que tanto requiere como sociedad, reformulando como asuntos plenamente centrados en los derechos humanos y civiles, todas sus políticas y estrategias de desarrollo socioeconómico, de prestación de servicios y de equidad en el acceso ciudadano a las oportunidades.

Con esta visión del desarrollo, expuesta en el transcurso de la serie “Agenda Ciudadana: Propuestas 2012” que concluimos hoy con el presente editorial, entendemos que deben atenderse las principales áreas sociales y económicas, como son la reestructuración gubernamental, las reformas de educación, de salud, legislativa y judicial. También el empresarismo, la creación de empleos y la redirección del crecimiento económico, para que el mismo sea un instrumento contra las desigualdades y no una mera fuente para la concentración de las riquezas.

Por eso, tanto el Gobierno como todos los demás sectores de la sociedad, que tienen igual injerencia sobre los asuntos públicos, tienen que embarcarse en una visión humanista que le dé dirección al desarrollo conjunto de planes educativos, salubristas, de creación de empleo, de seguridad, de vivienda y de uso y protección de tierras que a su vez son base para el verdadero desarrollo socioeconómico.

Durante los pasados Foros Ciudadanos que dieron origen a la Agenda Ciudadana 2012, nuestra gente identificó al Gobierno como responsable principal del incumplimiento con las leyes y políticas vigentes. Mas no se limitó al problema, sino que abogó por el esfuerzo conjunto de sectores que viabilicen la educación ciudadana sobre sus derechos, como forma de avanzar hacia su respeto y erradicar el discrimen.

Plantean los foristas, ciudadanos que conocen de primera mano las deficiencias en la prestación de servicios, la necesidad de atención que tienen en particular las poblaciones vulnerables como son las personas con limitaciones físicas y mentales, los adultos mayores, las mujeres, la población lésbica, gay, bisexual, transexual y transgénero, los trabajadores y la población confinada y exconfinada.

Abarcar la complejidad de tal reto requiere una visión integral que reconozca que todos los asuntos están interrelacionados y son interdependientes.

Ha sido por manejarlos como asuntos fragmentados el hecho de que no hayamos podido profundizar en las soluciones reales de nuestros problemas.

Se impone, como plantean grandes pensadores, cambiar de ruta más que de dirección; de empezar a pensar, actuar y crear desde un marco colectivista que trascienda los intereses individualistas y sectarios que han resultado estériles para la formación de una sociedad desarrollada.

Desarrollada no porque goce de un exceso de bienes a costa de esclavizar y sumir en la miseria a sus ciudadanos, sino porque haya evolucionado como un ecosistema solidario.

Conlleva que tanto acciones como recursos -del Gobierno, del sector privado, de los individuos y del Tercer Sector- se destinen prioritariamente al cumplimiento con los derechos que asisten por igual a cada persona que habita en Puerto Rico.

Ello incluye que el presupuesto general del País se estructure y maneje para asegurar, por ejemplo, que todos nuestros niños cuenten con maestros de calidad dispuestos también a aprender de esos alumnos y de la riqueza de su diversidad, que ambos dispongan de espacios y recursos que propicien esa experiencia de aprendizaje y desarrollo académico y personal, intelectual y emocional. Y ese esmero debe prevalecer también en la asignación de fondos y servicios en todas las demás áreas: desde la creación de espacios (o de acceso a esos espacios) e iniciativas de recreación, hasta el levantamiento de una infraestructura centrada en las personas y en armonía con la Naturaleza.

Ésa es la ganancia colectiva de enfocar la gestión pública, social y económica en el respeto y el fortalecimiento de los derechos humanos.

Lo único que puede hacerlo posible es descruzar los brazos, dando el salto cualitativo que el País merece.

Publicado por: El Nuevo Día (3 de junio de 2012)